Sobre un puente bastante alto mantiene un hombre abiertos sus brazos. De pie estaba, aún dudaba. La muchedumbre acude en abundancia. Y yo tampoco me lo quiero perder, desde cerca lo quiero ver, en primera fila me voy a poner. Y gritar. El hombre quiere del puente trepar y la gente lo comienza a odiar. Se forma una densa multitud alrededor. No quiere defraudarlos, así que sube hacia la cima. Comienzan a enfurecer, ellos quieren ver sus tripas, y gritan. El hombre empieza a llorar, se pregunta a sí mismo ¿Qué he hecho? Yo solo quería apreciar la vista, observar el cielo del atardecer. La gente corre alrededor y grita... salta! Secretamente empuja una nube, antes que el sol comience a ponerse frío. Miles de soles brillan... no para tí. Me escondo por el puente y lo golpeo por la espalda, salvándolo de esta desgracia, y gritando luego de él... Salta, redímete. Salta, no me decepciones, salta para mi, salta hacia la luz, salta!